Las doce es la hora de la desesperanza y el desasosiego, de noche mi cuerpo reclama su presencia. Su camisa es la dueña de mi cordura. Quedé atada a él. Su invasión fue perpetua, sutil y violenta, mi gravedad se contrae, mis hendiduras respiran, salivo y me humedezco.
Como desear lo imposible, como obtener su semilla. Dame fuerza para abrir los ojos y olvidar su arma. Promiscuo, aventurero, juguetón, dueño de mis quejidos, promotor incansable de mis gritos. Mis piernas se separan, mis nalgas se levantan , lo espero cada noche, lo deseo cada estrella. Huelo tu genitalia, saboreo tu vello. Mi gato se restriega con menos pasión que yo contra tu piel.
Mi mirada no te pasa, solo te suplica. Tus manos, tus dedos invasivos, maestros, pulsantes y con destreza, van hiriendo solo lo que puedo soportar. Peor es no sentirte, peor es no dejarte. Mi carne se abre, tú me rebasas, tú me sometes. Verga maestra, verga señora, verga dueña de mis latidos.
De rodillas me posees, de rodillas te sostengo, quejidos, alaridos, intensos temblores me dominan.
No puedo poseerte, no eres mío, además no te quiero ni frio, ni pio. Violento, hombre, dominante, duro, sin parar, sin cansar. Tú sabes ser mi dueño, mi amo, mi animal, mi boca te moldea, te domina y te contiene, tu grito de triunfo, mi sonrisa de perra, mis nalgas triunfantes. Quién ganó? Mi boca y lengua chupadora o tu miembro invasor?
Que me queda? Tu olor, tu piel y mi dolor. Qué te llevas, mis ganas y mi ardor.
AGOSTO 15, 2011.
AMOONSLAVE